martes, 2 de agosto de 2011

Alberto Aguilar y Pedraza de Yeltes sacan nota en Azpeitia


Alberto Aguilar paseó el único trofeo del último festejo de la Feria de San Ignacio de Azpeitia, donde se lidió un gran encierro del hierro charro de Pedraza de Yeltes, que lidiaba el primer festejo con cuatreños de su historia. Hasta cuatro toros hubo de nota muy alta, siendo uno de ellos, el cuarto, "Sombreto", premiado con los honores de la vuelta al ruedo. Ese toro lo lidió Leandro, que malogró su notable faena a espadas dentro de un espectáculo cuyo tercer integrante, Matías Tejela, causó una grata impresión ante su primero.
El cuarto toro del festejo ha sido un animal extraordinario, un toro con mucha ritmo y mucha clase premiado justamente con la vuelta al ruedo. El de Pedraza de Yeltes, herrado con el número 23, de pelo colorado y de nombre "Sombreto", embistió con recorrido, calidad y entrega a la muleta de Leandro, que cuajó al hondo animal, nacido en diciembre de 2006, sobre todo con la derecha, lado por donde toreó largo, con la mano baja, prestancia y gusto. Bajó algo el tono de la faena al natural, por donde hubo también hubo muletazos buenos pero más discontínuos. Con la espada volvió a emborronar su notable actuación matando de dos pinchazos y un bajonazo. Dio una vuelta al ruedo tras aviso.
Antes, Leandro saludó la primera ovación del festejo a la muerte del primero, un buen toro de Pedraza de Yeltes, con movilidad y mucha clase. El ejemplar, primer cuatreño de la ganadería que se lidia en una plaza de toros, no fue del todo aprovechado por el vallisoletano que, si buen dejó toreros muletazos sobre ambas manos, al conjunto le faltó estructura y un punto mayor de redondez. Además, no anduvo fino con los aceros.
Alberto Aguilar ha paseado un trofeo del tercer toro de la tarde. El de Pedraza cumplió en tres encuentros con el caballo y exigió mucho en la muleta de Alberto Aguilar, que tiró de disposición y entrega en una faena corajuda en la que trató siempre de imponerse al animal. Labor de torero capaz, de notable mérito con la mano zurda y bien coronada a espadas.
No valió el sexto, de embestida deslucida y descompuesta. El animal sacó aspereza, poca humillación y un punto de genio y violencia y con él Aguilar realizó todo un ejercicio de empeño, intentando meter en cintura al animal pero sin ningún tipo de brillantez. Anduvo por encima de las condiciones del animal y mató mal. Sonó un aviso y fue silenciado.
Interesante fue la labor de Matías Tejela con el segundo de festejo, otro toro bravo en el caballo y bueno, codicioso y con movilidad en el último tercio. Al igual que su hermano anterior, fue ovacionado con fuerza en el arrastre. El madrileño ofreció muy buena imagen en una faena de mucho oficio y templanza, en la que demostró entender perfectamente las condiciones del toro. Labor de torero puesto, con ligazón por el lado derecho y mayor despaciosidad y ritmo por el izquierdo. Pinchó y sonó un aviso antes de acabar con el toro y todo quedó en una fuerte ovación.
El quinto fue un animal manso, deslucido y sin ninguna clase. Tejela intentó sujetarlo en los medios pero el toro buscó constantemente terrenos de chiqueros. Mató de pinchazo y estocada y fue silenciado tras recibir un aviso.
Azpeitia, 1 de agosto de 2011. Toros de Pedraza de Yeltes, bien presentados, hondos, serios, con cuajo y variados de capa. 1º) y 2º) Buenos. 3º) Exigente, encastado. 4º) Extraordinario. Premiado con la vuelta al ruedo. 5º) Deslucido, manso. 6º) Deslucido, violento, con genio. LEANDRO: Ovación con saludos tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso; MATÍAS TEJELA: Ovación tras aviso y silencio tras aviso y ALBERTO AGUILAR: Oreja y silencio tras aviso. Entrada: Tres cuartos largos.

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